Hace un par de años descubrí que el 90% de mis amigues, se viven dentro de un espectro de disidencia sexual, es decir, el noventa por ciento de las personas con las que comparto vida no son heterosexuales ni cis género. Pero…¿eso qué quiere decir?
Muchas veces hemos (o al menos yo) escuchado los clásicos comentarios que asumen que durante los últimos años, nos hemos “inventado” nuevos conceptos y nuevas identidades, cuando en realidad, lo único que ha pasado es que hemos nombrado formas en las que nos vivimos y comenzamos a ser más vocales con ello. Entiendo un poco que esos comentarios vienen del abrume ante el desconocimiento de las diferentes identidades. En los siguientes párrafos intentaré resumir cómo es que somos seres camaleóniques que pueden moverse dentro de varios espectros.
En la época de mi mamá, según datos super corroborados (es decir, lo que ella me cuenta), a duras penas se hablaba de homosexualidad. De hecho, fue hasta 1973 que se eliminó la homosexualidad como enfermedad en el DSM, que es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana. Así que la lucha por la visibilización, respeto y nombramiento de nuestras diversas identidades, ha sido larga.
Cuando hablamos de orientación sexual, se suele pensar de manera binaria: o eres hetero o eres gay, dejando de lado el abanico de posibilidades. Siempre me ha gustado pensarnos como seres que caminan en espectros de colores, realizando movimientos exploratorios que nos permiten descubrirnos en libertad. Con esto quiero decir que, al ver la sexualidad de manera tan binaria, es difícil que veamos lo compleja y amplia que es. Las orientaciones sexuales son tan diversas como nosotres, y no siempre son estáticas, por lo que pueden modificarse o cambiar la forma en la que las vivimos o nos nombramos. Además, hay muchas posibilidades de vivir nuestros afectos y los encuentros sexuales. Es decir, puede ser que románticamente nos relacionemos con personas de nuestro mismo género, y sexualmente, con personas de todos los géneros, o al revés. Es por esta gran diversidad de combinaciones que las etiquetas de hetero, lesbiana, gay, bisexual, pansexual, asexual, arromántique, etc., nos pueden ayudar a entender un poco de la atracción de las personas, pero no siempre son 100% explicativas, por eso es mejor preguntar.
Algo que también resulta muy común, es confundir la identidad de género con la expresión de género, o asumir identidades por la expresión. Para ello es importante entender que son dos conceptos que pueden o no estar relacionados. Es decir, la forma en la que yo me identifico (hombre trans, mujer no binarie, agénero, dos espíritus, etc), es completamente independiente a mi expresión de género (largo de mi cabello, ropa, aretes, maquillaje, zapatos, accesorios, etc.). Por ejemplo, yo soy una persona no binarie, pero en mi expresión de género suelo ser muy “femenina”, sin embargo, el que yo use ropa “de mujer” o me comporte de ciertas formas, no borra el que yo sea no binarie.
También es importante saber que la identidad que nos asignó la persona que nos sacó de la panza de quien nos albergó varios meses, es decir, cuando definieron si éramos hombres o mujeres, es completamente diferente a la autodeterminación. La definición biológica del sexo que se nos determina al nacer, se da meramente a raíz de lo que se ve, es decir, los genitales. Y el que esto sea así, puede llevar a muchísima violencia biomédica hacia las personas intersex (como mutilaciones genitales), con tal de hacerles encajar en esa definición biológica de lo que, aparentemente, es ser “hombre” o “mujer”.
Como podemos ver, existimos con un montón de identidades:
- Orientación sexual
- Orientación romántica
- Identidad de género
- Expresión de género
- Sexo asignado al nacer
Para que podamos entender más visualmente cómo se vería esto, me gustaría utilizar al “Unicornio del género”, que es una herramienta creada por la Trans Student Educational Resources, que fue fundada en 2011 por mujeres trans en Estados Unidos (EE.UU.). En este “unicornio”, podemos observar las distintas identidades listadas anteriormente; a su lado, en las barras o flechas, podemos “mapear” las que nos identifican. La siguiente imagen, muestra cómo se vería gráficamente la identidad de la persona que comenté en el párrafo previo.
Como podemos ver, existen muchas posibilidades de ser y de existir y, en un mundo tan diverso, asumir puede llegar a ser muy violento. Es por eso que recomiendo que ante cualquier duda, antes de asumir el reconocimiento de otras identidades, siempre preguntar:
1. Pronombres
2. Nombre preferido
3. Orientación sexual (en caso de querer amigar o intimar)
Además de ello, es importante recordar que somos espectros y vivimos de diferentes formas; que pueden ir cambiando o evolucionando con el tiempo y es parte de nuestra humanidad <3, y aunque no entendamos, respetemos siempre.