ColaboracionesSextech

¿La industria de la sexualidad nos está quitando autonomía sexual?

Industria de la sexualidad y autonomía - Natalia Restrepo
Collage: 🇲🇽 Mishel Nayeli Davila Vargas

Nuevos productos para el bienestar y disfrute sexual aparecen en el mercado diariamente, y si bien estos pueden ofrecer un aporte significativo a la vida de las personas, también nos podrían estar robando autonomía sexual en la medida en que se vuelven la vía más directa y efectiva de satisfacción.

Si vemos con algo de detalle notaremos que mucho de nuestro placer sexual está gestionado. Si has pasado por la vitrina de una tienda erótica pronto verás que, con contadas excepciones, una vez viste una, ya las viste todas:

  • La estética del placer que presentan es una sola: maniquís con disfraces que favorecen a muy pocos cuerpos, rojo intenso para representar la lujuria y artículos en su mayoría de color negro para el BDSM1 y el kink2.
  • Los objetos que han sido diseñados para introducirse en el cuerpo suelen estar elaborados con materiales inseguros: porosos y teñidos con materiales industriales,  consecuencia de la ausencia de regulaciones para la industria sexual. 
  • En la sección de los productos tópicos encontramos saborizantes, desensibilizantes y estrechantes. Parece que estamos buscando a toda costa sentir lo que sea menos lo que el cuerpo provee por sus propios medios.

¿Alguna vez se han cuestionado esto pero les resulta difícil imaginar un mundo erótico diferente al que nos han vendido? 

La autonomía sexual es la capacidad de reflexionar sobre nuestros deseos y placeres, con el fin de gestionarlos de forma cuidadosa. Para iniciar esta reflexión primero es importante hacernos algunas preguntas que rara vez nos planteamos: 

¿Sabemos por qué deseamos lo que deseamos?

¿Cómo decidimos qué es una necesidad y qué un deseo?

¿Cuántas de nuestras necesidades o deseos están al servicio del sistema capitalista de consumo?

¿Podemos usar nuestra creatividad para crear soluciones que no impliquen consumir productos constantemente?

Será imposible ganar autonomía si primero no podemos reconocer que muchos de nuestros deseos y necesidades están siendo gestionados para el beneficio de otras personas y de las empresas. Algunos medios, prácticas y productos que usamos para satisfacernos, al contrario de ayudarnos a profundizar nuestra relación con el cuerpo, pueden separarnos de él, lo cual nos impide desarrollar todo nuestro potencial creativo, y por lo tanto erótico, ya que el erotismo es la sexualidad transformada por la imaginación. 

Soy psicóloga y sexóloga clínica, y a mi consulta acuden personas que aunque tienen orígenes e intereses muy diversos comparten una misma búsqueda: todas anhelan encontrar el paraíso que alguna vez disfrutaron o entrar por primera vez a la tierra extraña y prometida del placer. Gran cantidad de consultantes llegan con preguntas específicas sobre su capacidad para sentir placer y producirlo en sus compañías sexuales, pero generalmente dichas preguntas están planteadas como problemas.

Cuando no sabemos despertar nuestra imaginación erótica nos acercamos a ella como infantes al mundo: imitándola. Es de esta manera como muchas personas, aún hoy, trazamos nuestras expectativas acorde a lo que vemos en redes sociales, películas, revistas y tiendas. Así es como terminamos actuando escenas sobre lo que creemos que es el placer en lugar de sentirlo. 

El estar pendientes de cómo nos perciben se ubica tanto en el centro del encuentro erótico, que es común terminar sintiéndose observadores o jueces de sí mismos. Cuando esto ocurre, contrario a lo que buscamos, el encuentro erótico produce ansiedad en lugar de placer, lo cual nos deja con más confusión: ¿en qué estoy fallando?, ¿qué parte de la fórmula aún no estoy logrando descifrar? Estas preguntas usualmente se realizan en silencio y con vergüenza, lo que dificulta su exploración y nos puede llevar a hacer lo que como sociedad hemos aprendido cuando tenemos una dificultad: comprar velozmente lo que se parezca a la solución. 

La tecnología de la sexualidad puede ser tan expansiva y benéfica como todas las tecnologías humanas, pero, como toda herramienta tecnológica en constante desarrollo, también tiene el potencial de ofrecer respuestas rápidas que obstruyen nuestra capacidad para resolver las propias dudas o preguntas y restarle importancia a nuestro proceso de investigación/aprendizaje. 

Graffiti “Just Google it” 

Toda la información que hoy encontramos en Google, en algún momento fue desarrollada por una pregunta de investigación que no tenía respuesta y, como todo conocimiento, necesita de personas que continúen aventurándose a descubrir lo que no se conoce ¿Y si lo que desconocemos es algo tan íntimo y cercano como nuestro cuerpo? Si tu cuerpo tiene sus propios gustos, sutilezas, necesidades y deseos, ¿por qué habríamos de encontrar siempre la respuesta en la mercadotecnia de la sexualidad? Sencillamente porque a veces no sabemos por dónde empezar. 

La mayoría no recibimos educación corporal, es decir herramientas para entender las múltiples dimensiones de nuestros cuerpos, que nos permiten emprender búsquedas autónomas. Cuando no podemos hacer algo por nuestra cuenta buscamos herramientas que nos den estructura y sostén, idealmente de manera temporal mientras desarrollamos nuestras propias capacidades. Aunque existen procesos, cuerpos y situaciones que van a requerir el uso constante de algunos dispositivos, podemos cuestionar aquellas “muletas” que están diseñadas por la industria de la sexualidad para usarse de por vida aunque no sean necesarias.

La industria de la sexualidad (Sextech3) es una de las más lucrativas del mundo. Según TechSpace para el 2030 la industria tendrá un valor aproximado de 120 billones de dólares. Esta industria está compuesta por una gran variedad de personas e intereses. La constituyen trabajadores y asistentes sexuales, vendedores de juguetes y lencería, productores porno, masajistas, terapeutas, especialistas en medicina, personal de enfermería, diseñadores industriales, bailarines y artistas. Somos tal diversidad, como los enfoques que pueden encontrarse al iniciar una búsqueda por cuidar el bienestar sexual, pero es importante no perder de vista que ese vacío es susceptible a ser llenado por una industria que está interesada en ofrecer el anhelado placer, así también en mantener el consumo. 

¿Cómo seguir descubriendo por fuera de los márgenes de este sistema -que nos impone parámetros y moda en nuestra sexualidad-, y crear, como contraparte, una forma auténtica, personal y compartida de experimentar el placer? Recuperando y ejerciendo nuestra capacidad de imaginar eróticamente.

*Descubre más sobre más sobre qué es la imaginación erótica y cómo cultivarla en la segunda parte de este artículo que será publicada próximamente. 

*Referencias

  1. Son las siglas de seis prácticas sexuales diferentes: Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. ↩︎
  2. Prácticas sexuales fuera de lo convencional. ↩︎
  3. El sextech (tecnología sexual), son todas las innovaciones, productos y servicios, que tienen como objetivo mejorar, fortalecer, y potenciar la sexualidad de las personas. ↩︎
Escrito por
Natalia Restrepo Bueno

🇨🇴 Psicóloga y sexóloga clínica. Su práctica está enfocada en proveer un espacio seguro para la diversidad sexual (LGBTIQ+ y practicantes de BDSM & Kink) y la diversidad relacional (No Monogamia Consensuada).

Artículos relacionados

Monogamia vs monoamor
ColaboracionesRelaciones

La filosofía del monoamor

El monoamor es la elección consciente de un solo vínculo afectivo sin...

Libros Historia de la Sexualidad Autor Michel Foucault
Arte y CulturaColaboraciones

Historia de la Sexualidad: el poder y control sobre nuestros cuerpos

En la Historia de la Sexualidad, Foucault investiga las razones por las...

Educación Sexual Integral Adolescente Recursos
ColaboracionesEducación sexual integral

Educación Sexual Integral Adolescente

La educación sexuaI integral adolescente se imparte en el aula y en...

Endometriosis Julieta Galera
ColaboracionesSalud sexual

Endometriosis: una enfermedad poco detectada porque no identificamos el dolor como síntoma

La endometriosis es una enfermedad ginecológica inflamatoria crónica benigna, que puede causar...