Hay que poner atención a nuestro cuerpo pues conviene invertir más tiempo en los estímulos que damos y recibimos para lograr en la medida de lo posible una satisfacción plena y mutua.
Una de las formas más efectivas de sentir placer es proporcionándolos a nosotros mismos y de una manera elegante y asertiva a esto le llamamos autoerotismo, que no es otra cosa que masturbación y es que si queremos saber que nos gusta y que no nos gusta en el terreno de la sexualidad nada mejor que aprenderlo sobre nuestro propio cuerpo y a partir de este conocimiento lograr transmitirlo a nuestra pareja, una vez que sabemos así con ‘pelos y señales’ donde y como nos agrada y nos excita tocarnos lo ideal sería que lo compartiéramos a nuestra pareja ya entrados en el intercambio de nuestras sexualidades.
Ahora bien, vamos por partes eyacular no es lo mismo que tener un orgasmo, ambas experiencias pueden sentirse por separado y también pueden lograrse en solitario y con nuestra pareja por lo que es importante identificar si estamos poniendo atención a las reacciones de nuestro cuerpo y si es el caso el de nuestra pareja, en ambas situaciones conviene invertir mucho más tiempo en los estímulos que damos y recibimos para lograr en la medida de lo posible una satisfacción plena y mutua.
En el ciclo de la respuesta sexual humana el primer paso es la excitación que se logra a través de un estímulo sexual efectivo o varios en este espacio es donde se debería centrar la atención en nuestras relaciones, ojo, incluso con nuestro propio cuerpo, aquí es donde la comunicación asertiva y efectiva juegan un papel muy importante pues a partir del dialogo es como sabremos si quiero ir más lento o más aprisa.
Si dedicas el tiempo suficiente a la excitación previa, que en caso de estar con otra persona se reclama que sea mutuo, llegará un punto conocido como meseta en este ciclo de la respuesta sexual humana que desencadenará un orgasmo, la intensidad de la percepción subjetiva del placer del goce del disfrute, es decir de lo que conocemos como orgasmo que también ira acompañado de eyaculación, aunque no siempre, y es en ambos casos, será directamente proporcional al tiempo y calidad que le dediquemos a la fase previa de estimulación y seguramente la percepción de la duración (tiempo) quedará en un segundo plano, si es que después de la experiencia se acuerdan de este tema.