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Sexualidad y goce de las mujeres durante la menopausia

Sexualidad y menopausia - Ilustración Mima Cortéz
Arte: 🇻🇪 @Mimacortez

Vivimos en un mundo establecido por los estereotipos de género, que determinan cuáles cuerpos son deseables y cuáles no; caracterizado por el culto a la juventud eterna y la fobia a todo aquello que denota adultez o vejez.

En este contexto, la menopausia y la sexualidad de las mujeres adultas son temas tabúes e invisibilizados, sobre los que hay poca información y muchos prejuicios, que son aprehendidos históricamente por las mujeres cis1 desde muy jóvenes, y que condicionan la vida sexual y el goce en esta etapa de la vida. 

En este artículo nos proponemos derribar mitos basados en estereotipos y prejuicios sobre las personas en etapa menopáusica y sobre su sexualidad, además de compartir algunos consejos para el ejercicio sexual y el goce durante la menopausia.

¿Qué es la menopausia?

La menopausia no es una enfermedad; es parte del ciclo de vida que condiciona la salud o el bienestar físico, mental y social de las mujeres y personas menstruantes. La salud no puede comprenderse sin abordar: su dimensión individual y su dimensión social, el contexto cultural en el que vivimos y los vínculos que establecemos.2 y 3

En ese sentido, “la salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad”4.

Durante la etapa anterior a la menopausia (perimenopausia), la menopausia y la posmenopausia, muchas mujeres podemos experimentar problemas sexuales que condicionan nuestra vida sexual, nuestra salud mental, nuestros vínculos afectivos o nuestra calidad de vida en general. Pero no todas las mujeres atraviesan y viven esta etapa de la vida de la misma forma.

Julieta Galera

La sexualidad es el producto de una interacción compleja de procesos biológicos, psíquicos, socioculturales e interpersonales.5

La experiencia personal de cada mujer estará condicionada por su historial sanitario y reproductivo previo, su estilo de vida, su salud mental, su autoestima y su situación personal (económica, profesional, anímica, afectiva, su posicionamiento frente a la vida y sus proyectos de vida). 

No obstante, todas las mujeres atravesamos distintos cambios hormonales que afectan nuestra vida sexual durante la menopausia. Si bien todas las mujeres tienen una disminución en el nivel de hormonas sexuales, no todas experimentan los mismos síntomas de la misma forma. 

Hay cambios orgánicos que están vinculados a la disminución en la producción de estrógenos, como los cambios en la piel, así como en la mucosa de la vagina -que puede generar disminución en la lubricación vaginal como respuesta a la estimulación sexual y producir dolor durante las relaciones sexuales-; sofocos, producir insomnio o predisposición a una falta de sueño y más cansancio. Estos cambios originan una mayor incidencia de malestar, de irritabilidad o de mal humor, causando una reducción en la sensación de bienestar en nuestras vidas.6

Además, las mujeres también experimentamos cambios psicológicos durante esta etapa. El cese de la menstruación produce un impacto emocional que, culturalmente, está vinculado a la entrada de la mujer a la etapa de la vejez y la experimentación del fin de la etapa reproductiva, como si fuera la caducidad de su “vida útil”. 

La asociación cultural de la mujer al rol reproductivo y a la maternidad, genera sentimientos de desvalorización y pérdida de la autoestima, que además de los cambios de la imagen corporal7, el culto a la eterna juventud y la desvalorización de la adultez y la ancianidad, determinan y condicionan nuestra salud mental. Debido a esto, pueden influenciar negativamente en el deseo sexual o la libido, en los vínculos de pareja y en el goce durante la menopausia.

Sin embargo, no hay nada orgánico que determine que el deseo sexual, la vida sexual y la capacidad de goce de las mujeres, disminuyen después en la menopausia: es un mito socialmente muy instalado, que impacta negativamente en la vida de las mujeres a raíz de la ausencia de información.

Está demostrado que la libido no depende de las hormonas sexuales femeninas, depende de las relaciones personales y las circunstancias de la vida personal8

Muchas mujeres en esta etapa de sus vidas mejoran su vivencia sexual porque tienen mayor experiencia y conocimiento sobre su cuerpo, sobre la sexualidad femenina y sobre la forma de relacionarse con otras personas, así como, más tiempo para los vínculos afectivos y para la intimidad sexual, que les permite gozar de una sexualidad, plena y placentera sin ningún condicionamiento.9

Consejos para una sexualidad plena durante la menopausia.

  • Consultar a una persona especialista en ginecología de nuestra confianza. Es habitual que las mujeres no tengamos información sobre los síntomas que experimentamos, si están relacionados con la menopausia o no. Muchas mujeres con síntomas menopáusicos o problemas sexuales se sienten incómodas o avergonzadas de exponer su experiencia y evitan atenderse médicamente, porque la mayoría de ellas no saben que pueden consultar a les especialistas en ginecología sobre sexualidad. Ante cualquier malestar durante las relaciones sexuales o síntoma no habitual, en la vagina y ovarios, es importante saber que les profesionales en ginecología deben acompañar y orientar a la paciente en temas vinculados a la salud sexual y las relaciones sexuales, además de brindar diagnóstico y tratamiento. Cuando el problema que atraviesa la paciente, amerita asistencia psicológica o sexológica, se debe asesorar, aconsejar y recomendar o derivar a la paciente a otre especialista.
  • Mantenerse activa. Bailar, caminar, nadar o cualquier actividad física puede incrementar los niveles de energía, mejorar el estado de ánimo y liberar endorfinas que brindan una sensación placentera y de bienestar.
  • Evitar fumar. El consumo de tabaco puede reducir el flujo sanguíneo hacia la zona íntima y generar sequedad vaginal.
  • Dialogar en pareja. Los vínculos afectivos son muy importantes. Tener un diálogo fluido y de confianza con la pareja sobre qué y cómo se sienten, qué desean, qué les excita o produce placer y qué no, sobre el timing -tiempos internos de cada una para alcanzar el goce-, y la necesidad de incrementar el tiempo de seducción y juegos sexuales, ayuda a conocerse entre sí y mejorar las relaciones sexuales y el goce. El placer puede ser individual, sin embargo, el reflejo del goce siempre es parte de la travesía de a dos. 
  • Ejercitar la vagina. Los ejercicios Kegel ayudan a fortalecer el piso pélvico y pueden aumentar el flujo sanguíneo hacia la vagina, mejorar la intensidad del orgasmo y fortalecer los músculos de esta zona que permiten percibir con más intensidad las sensaciones durante las relaciones sexuales.
  • Darse el tiempo necesario para estimularse y excitarse durante la relación sexual. La sequedad vaginal no es irremediable. En esta etapa es necesario dedicar más tiempo a los juegos sexuales para lograr la lubricación natural óptima y un encuentro más placentero.
  • Mejorar la lubricación usando lubricantes u otros tratamientos. Si, por medio de los juegos, no hay suficiente lubricación, se pueden usar productos para ello, a base de agua o hidratantes vaginales. Si el uso de estos, no evitan los síntomas de sequedad, también existen tratamientos en cremas vaginales u óvulos de estrógeno para tratarla. Para el autocuidado, es indispensable la prescripción médica.
  • Seguir usando métodos anticonceptivos para evitar embarazos no deseados. Durante la perimenopausia o premenopausia es posible quedar embarazada. Para evitarlo es importante utilizar métodos anticonceptivos hasta que hayan pasado 12 meses consecutivos sin menstruación. 
  • Practicar sexo seguro sin dejar de usar profilácticos. Además de la disminución de cuidados para la prevención del embarazo no deseado en esta etapa, es habitual que les profesionales de la salud dejen de considerar que las mujeres adultas podemos tener relaciones casuales o que tengamos riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual (ITS, VIH, clamidia, HPV, Hepatitis B, etc.) y es habitual también, que sea limitado o nulo el asesoramiento que recibimos para practicar sexo seguro. El adelgazamiento de la pared vaginal después de la menopausia, aumenta las posibilidades de que se produzcan lesiones y desgarro, que incrementan el riesgo de transmisión del VIH a través del sexo vaginal. Por todo esto, es importante mantener el uso de métodos barrera de prevención oral, anal o vaginal. 

Cada mujer es única y diversa y no hay recetas absolutas para todas las mujeres. Es nuestra responsabilidad y un derecho humano tener autonomía, conocimiento y cuidado sobre nuestros cuerpos y sobre nuestra salud sexual reproductiva. 

Este listado intenta generar más preguntas en cada una de nosotras, para pensar sobre aquello que descuidamos de nuestra salud sexual, emocional, física y psíquica, con el fin de brindar algunas orientaciones para contribuir a mejorar nuestra vida sexual, mientras atravesamos la etapa de la menopausia y seguimos encontrando herramientas para ejercer autonomía de nuestras decisiones: libres de estereotipos, prejuicios y mitos sobre nuestro cuerpo y nuestro goce.

*Referencias

1. Mujeres cis significa mujeres cisgénero o mujeres que se identifican con su sexo biológico.

2. OMS. (S/F) ¿Cómo define la OMS la salud? Recuperado en: https://www.who.int/es/about/frequently-asked-questions 

3. Kiernan, J. P. (2003). Alma-Ata: 25 años después. OPS. Recuperado en: https://www.paho.org/es/quienes-somos/historia-ops/alma-ata-25-anos-despues

4. Sociedad Internacional de la Menopausia (18 de octubre de 2018) La menopausia: trastorno que afectará a mil millones de mujeres Recuperado en: https://blog.cofm.es/5235-2/

5, 6, 7, 8 y 9. AAPEC (Asociación Argentina para el estudio del climaterio) (S/F)  La sexualidad y la mujer menopáusica. Recuperado en: http://www.aapec.org/index.php/comunidad/sexualidad/66-la-sexualidad-y-la-mujer-menopausica

Escrito por
Julieta Galera

🇦🇷 Periodista feminista argentina. Militante por los derechos sexuales y reproductivos desde 2018. Especialista en Comunicación y Derechos Humanos.

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