En el mundo 39,0 millones de personas hoy viven con VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana). Más de 2,5 millones de esas personas viven con el virus en América Latina y el Caribe. Cada año cerca de 2,5 millones de personas son diagnosticadas con VIH en todo el mundo. Chile fue el país de la región que, en 2019, registró el mayor aumento de nuevos contagios (34%), seguido por Bolivia (22%), Brasil (21%) y Costa Rica (21%). Más del 98% de los contagios de VIH ocurren porque las personas no usan condones o profilácticos, durante las relaciones sexuales. En América Latina esto sucede porque se está dejando de hablar de VIH y son escasas o nulas las campañas de información.
El VIH hace mucho tiempo que dejó de ser un problema de salud exclusivo de la comunidad LGTBIQ+. Pero si bien hoy la mitad de los contagios ocurre entre personas con pareja heterosexual, los prejuicios y los estigmas sobre las personas de la comunidad LGTBIQ+ como población de riesgo, persisten.
HABLEMOS DE PLACER
De acuerdo a la definición de la Organización Mundial de la Salud, la salud sexual se refiere a la integración de elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales. El placer, el afecto, la comunicación y la creatividad son rasgos que definen la vida sexual de las personas. El placer sexual es una fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.
El placer incluye, además de la satisfacción sexual, la autoestima, el conocimiento y la aceptación de nuestro cuerpo. Para cuidar consciente y amorosamente nuestro cuerpo y disfrutar de nuestra sexualidad es importante conocer lo que nos gusta de él; aprender a percibir nuestras sensaciones, nuestros deseos y nuestros miedos; reconocer con honestidad nuestras necesidades; aprender a saber decir que no cuando algo que nos proponen es distinto de lo que deseamos, etc. Es un proceso permanente, que lleva tiempo, que supone desaprender y aprender muchas cosas.
Además, las relaciones sexuales son actos que también requieren el deseo y el acuerdo mutuo en la pareja dentro de un marco de respeto compartido. Disfrutar de nuestro cuerpo también tiene que ver con la libertad y la responsabilidad de tomar decisiones sobre él, de respetar nuestras necesidades, nuestras inquietudes, tomar conciencia, poner límites y disminuir aquellas conductas que puedan lastimarnos o causar daño físico.
En ese sentido, nuestra salud sexual y reproductiva incluye la capacidad de disfrutar una actividad sexual responsable, satisfactoria y segura, y la libertad para decidir tener o no relaciones sexuales, con quién, cuándo y con qué frecuencia. Asimismo, la decisión de tener o no descendencia, la cantidad y cada y cuándo. También incluye nuestro derecho a recibir información adecuada para prevenir embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH, y el acceso a servicios de salud adecuados.
VIH: CONTAGIO Y CUIDADOS
De acuerdo a ONUSIDA, está comprobado que la forma más habitual en todo el mundo de contraer VIH es mediante la práctica de relaciones sexuales sin uso de preservativo, sin cuidados. El virus se transmite por relaciones sexuales vaginales (penetración pene-vagina), anales (penetración pene-ano) y orales (lamer los órganos sexuales) porque el VIH se encuentra con concentración suficiente como para producir la transmisión en la sangre, en el líquido pre-seminal, en el semen y en secreciones vaginales, todos ellos fluidos comprometidos e intercambiables durante las relaciones sexuales.
Muchas personas no saben que las relaciones sexuales anales y orales sin condones son tan riesgosas como la penetración vaginal: el semen tiene mucha cantidad de virus y es común que en la boca existan pequeñas lastimaduras, debidas al cepillado de dientes o a problemas en las encías, o que durante el coito anal se produzcan lesiones en las paredes del recto. También puede existir transmisión del virus, cuando se practica sexo oral a mujeres o en las relaciones denominadas «sexo con sexo» o fricción de vulvas y la única forma de prevenir el contagio del VIH es el uso correcto del preservativo interno, externo o el campo de látex desde el inicio hasta el final de la relación sexual, porque el látex actúa como barrera mecánica que impide el intercambio de fluidos.
Si bien parecería que el VIH no es una cuestión de género porque afecta a todas las personas por igual, la feminización de la pobreza que limita más acceso a la educación y a la información de las mujeres; la violencia de género sexual y la asunción de ciertos roles y comportamientos de género como incuestionables, hace que las mujeres seamos una población con mayor riesgo.
En ese sentido, a menudo las mujeres no nos cuidamos porque no nos animamos a exigir a los varones el uso del preservativo por miedo a ser abandonadas o a que desconfíen de nuestra fidelidad, ni tampoco nos animamos a comprarlos y a ser las que tomamos la iniciativa de los cuidados en la pareja por vergüenza. Como no poseemos penes, y está establecido como “cosa de hombres”, nadie nos enseña cómo es la manera correcta de colocar el condón. También existe una creencia ampliamente difundida y aceptada sobre que si usamos condones durante las relaciones sexuales el placer disminuye. Esta idea es falsa porque el látex del preservativo es muy delgado y no quita la sensibilidad. Además, la capacidad de goce en una relación sexual sucede por diferentes cuestiones ligadas a nuestros sentimientos por la persona, a nuestra capacidad de pedir y dar placer, a nuestra tranquilidad de no producir embarazos no deseados o contraer una enfermedad de transmisión sexual, etc.
Otro mito muy extendido es que en el momento de la colocación del condón se “corta el clima” de la relación sexual. Esto también es una idea falsa porque el preservativo puede incluirse en los juegos sexuales y convertirlo en algo erótico. Estas creencias influyen en el hecho de que las relaciones entre mujeres y hombres sean desiguales y ponen a las mujeres en situaciones de mayor riesgo ante el VIH.
No obstante, los varones no están exentos de riesgos y la vulnerabilidad. Entre los hombres, los riesgos se incrementan debido a las normas sociales patriarcales que hacen difícil que ellos puedan reconocer vacíos en su conocimiento sobre la sexualidad y los cuidados; a la idea tradicional de masculinidad que obliga a los varones a demostrar su virilidad exponiéndose a los riesgos de no cuidarse o a creer que el condón afecta la posibilidad de tener una erección, que los lleva a tomar la decisión equivocada de prescindir de su uso.
MÉTODOS DE PREVENCIÓN Y CUIDADOS PARA EL VIH
● Uso de preservativo interno o externo para la penetración vaginal y anal.
● Uso del condón externo para la felación (estimulación oral del pene).
● Uso de campo de látex para el cunnilingus (estimulación oral de clítoris, vulva y entrada vaginal)
● Evitar la eyaculación dentro de la boca.
● Si eyaculan en la boca, escupir el semen (no mantenerlo en la boca, ni tragarlo).
● No compartir juguetes sexuales o usarlos con preservativo, y cambiarlo, previa limpieza con agua y jabón, cuando el juguete va a ser usado para la penetración por la otra persona.
● Uso de Profilaxis Pre-exposición oral (PrEP)
HISTORIAS DE PERSONAS CON VIH: DERRIBANDO MITOS, PREJUICIOS Y TABÚES
Existen muchos tabúes, prejuicios y mitos sobre la sexualidad, el goce, los miedos, el estigma y el VIH debido a la desinformación que existe porque, de la vida sexual de las personas que conviven con VIH, se sigue sin hablar o se habla poco, y pocas veces se les da la voz a quienes son protagonistas.
Gaia (57), Marcos (28) y Tatiana (29 )1 son personas que viven con VIH y tienen historias de vida muy disímiles; orientación sexual e identidad de género diferentes y viven en distintos contextos geográficos y culturales de la Argentina, aunque tienen en común que contrajeron VIH por vías sexuales.
Gaia (57), mujer cis hetero, vive en Mar Chiquita, Buenos Aires. Cuando le diagnosticaron VIH en el año 90 ella era una chica de 24 años, como cualquiera, y se había casado hacía poco tiempo pero era portadora sin saberlo desde 1985. “Nunca tuve problemas de usar preservativo en mis relaciones sexuales, aunque en los 80 no era habitual usarlos. A partir del diagnóstico decidí siempre tener relaciones con preservativos para evitar la reinfección por un lado, cuidándome, en primer lugar, y cuidando al otro -sea seropositivo o no- en segundo lugar”.
“Mi vínculo con el placer, el deseo y el cuerpo no se transformó en ningún momento en mi vida. Lo que sí cambió en mí tras el diagnóstico, fue la conciencia sobre el cuidado”, dice. Gaia tiene una pareja serodiscordante desde hace 23 años. Una pareja serodiscordante es aquella en la que uno de los integrantes tiene su serología VIH positiva y el otro negativa, es decir, cuando uno de los miembros de una pareja vive con el virus y el otro no. Gaia cuenta que, “en nuestra relación los cuidados son normales. En ningún momento nos planteamos el no uso de preservativo. El VIH nunca condicionó mis vínculos. Nunca tuve problema en informarle al otro que vivo con VIH, y a quien no lo informé, por ser relaciones circunstanciales, siempre busqué el cuidado priorizando la no reinfección y el no traspaso del virus al otro”.
Gaia hoy vive con VIH negativizado, con carga viral indetectable. “Hoy la persona que vive con VIH y lleva años indetectable en sangre, tiene casi nulas posibilidades de contagiar a otra persona”, explica. Es importante aclarar esto, porque es un dato poco conocido entre las personas que no viven con VIH. No obstante, Gaia aclara que “aún así, debido a la existencia de otras ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual como sífilis, herpes, hepatitis B, gonorrea, HPV, hongos, etc.) el cuidado siempre es prioridad en una relación sexual.”
Marcos (28), varón no binarie gay, vive en Neuquén Capital, en la Patagonia argentina. A los 21 años le diagnosticaron VIH. “Cuando me detectaron VIH había pasado un año que era positivx y no lo sabía, porque no tenía síntomas ni cambios para que me diera cuenta”. Marcos está en pareja con otra persona seropositiva y cuenta que “cuando me enteré que era positivo me sentía muy perseguido, pero no modificó mi deseo o el placer, solo era más cuidadoso en usar el preservativo para no transmitirlo a otras personas. Hoy, con mi pareja, decidimos no usar preservativo porque somos una pareja monogámica cerrada, positivos e indetectables lxs dos.” Marcos plantea que nunca perdió el deseo ni la capacidad de goce, ni tuvo miedos durante sus relaciones sexuales por vivir con VIH, el miedo es un tema de los otros, “el miedo hace que las personas te juzguen estúpidamente hasta que se informan, aprenden del tema, recapacitan y se ponen en tu lugar.”
Tatiana (29), mujer cis bisexual, tiene 2 hijos y vive en Bahía Blanca. Cuenta que siempre tuvo una vida sexual muy activa y vivió su sexualidad con plenitud, pero no tuvo libertad ni derecho a decidir sobre su cuerpo y sobre su cuidado porque Tatiana vive con VIH como consecuencia de un abuso sexual. Más allá del trauma que le dejó como huella imborrable, ella no deja de preguntarse sobre “si hoy sería cero positiva si, durante el abuso, mi victimario se hubiera puesto un profiláctico.” Tatiana cuenta que vivir con VIH “jamás cambió mis deseos o placeres, todo lo contrario. Me siento más segura de lo que quiero y hasta donde disponer mí cuerpo”. Hoy tiene una pareja sero-diversa y “ya llevo media vida con mi bichito”, como le dice al virus. En ese aspecto, Tatiana cuenta que con su pareja “no le damos tanta importancia al VIH. Creo que aprendimos a convivir y saber charlar lo que estamos dispuestos a bancar en caso de una infección, sea cual sea. Creo que la comunicación y la empatía lo es todo cuando dos o más se quieren.”
En ese sentido, las experiencias de Gaia, Marcos y Tatiana dan cuenta de que es preciso obtener información o asesoramiento médicos adecuados para no sentir temores innecesarios, y de que las personas que viven con VIH hoy pueden gozar de una vida sexual plena, sin tabúes ni prejuicios de ningún tipo. El secreto es la comunicación, poder hablar sobre los deseos, necesidades, preocupaciones y expectativas que cada integrante de la pareja tiene sobre estos temas, plantear acuerdos y respetarse mutuamente.
Es importante subrayar que Gaia, Marcos y Tatiana tienen una conciencia mayor que otras personas sobre la importancia de los cuidados, y han tenido la posibilidad de tener vínculos sanos donde la comunicación en la pareja es central para ejercer su derecho al placer y al cuidado. Pero no hay que olvidarse que hoy, ellos viven con VIH porque alguien les negó el derecho o la posibilidad de decidir sobre sus cuidados y sus cuerpos.
*Referencias:
1. En este texto se usan sólo la inicial original del nombre de pila de las personas entrevistadas con nombres de fantasía respetando todos los datos brindados debido a que la nueva ley de VIH o Ley 27.675 de Respuesta Integral al VIH, Hepatitis Virales, ITS y Tuberculosis sancionada en Argentina en 2022 prohíbe la divulgación del nombre de las personas que viven con VIH, sólo se pueden citar sus iniciales para preservar la confidencialidad, su privacidad e intimidad y evitar su estigmatización y discriminación.
*Fuentes:
● Faur, E. (Coord.) (2011) Sexualidad y salud en la adolescencia. Herramientas teóricas y prácticas para ejercer nuestros derechos. Fundación para el Estudio e Investigación sobre Mujer (FEIM). Recuperado en: http://feim.org.ar/pdf/publicaciones/Manual_Sexualidad-2011.pdf
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● García Berrocal, M. L. y Pineda Lorenzo, M. (2018) Salud sexual, derechos y placer. Apuntes en prevención del VIH para mujeres. Creación Positiva. Recuperado en: https://www.sidastudi.org/resources/inmagic-img/DD16526.pdf
● ONUSIDA (2023) Hoja informativa 2023. Estadísticas mundiales sobre HIV: Recuperado en: www.unaids.org/sites/default/files/media_asset/UNAIDS_FactSheet_es.pdf
● S/A (1 diciembre de 2022) En Argentina más de 140.000 personas viven con VIH y un 13% lo desconoce. Recuperado en: https://www.argentina.gob.ar/noticias/en-argentina-mas-de-140000-personas-viven-con-vih-y-un-13-lo-desconoce
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● S/A. (2008) Estrategias de promoción de la salud sexual reproductiva y prevención del HIV/Sida en población joven. Guía para promotores de salud. Fundación Huésped. Recuperado en: https://huesped.org.ar/wp-content/uploads/2015/01/Estrategias-de-promocion-de-la-salud-sexual-y-reproductiva-y-prevencion-del-VIH-SIDA-en-jovenes.pdf
● S/A (2018) SIDA: ¿Seropositivo o cero positivo? Las VerdadesNET, República Dominicana. Recuperado en: https://lasverdades.net/revista/sida-seropositivo-o-cero-positivo/