En esta posición el hombre debe levantar un poco el cuerpo de la mujer de tal forma que sus piernas queden ligeramente abajo de ella y realizando un movimiento de vaivén, la penetración será muy profunda. ¿El resultado? Una postura relajante para ella y muy excitante para él ya que es quien llevará el control de la situación. Si te resulta muy incómodo, coloca un par de almohadas debajo de tus caderas.