El confinamiento que se ha hecho necesario ante la pandemia de COVID-19 ha modificado la vida sexual mexicana. Para comprobarlo, la AMSSAC realizó la encuesta en línea “Sexualidad y covid-19” en el marco de la Jornada Nacional de Sana Distancia, donde el 43.08% de los participantes reportó que su conducta sexual había disminuido, aunque el aumento de interés erótico se manifestó a través de otras prácticas.
La encuesta se aplicó en colaboración con el Instituto Mexicano de Sexología y el análisis de datos contó con la colaboración de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología y la Asociación Mundial de Salud Sexual. Participaron 1,785 personas* de varios estados de México.
Para evaluar el cambio de conducta sexual se consideraron las siguientes prácticas sexuales: frecuencia coital, frecuencia de masturbación, así como caricias, el uso de juguetes o pornografía. La disminución en la práctica de coito fue la más notable con un 55.9% de las mujeres y 48% de los hombres. Además, entre las personas y parejas que viven solas y las parejas que viven con niños, los cambios en la conducta sexual son más evidentes. Esto podría deberse a que el 43.21% de las parejas que conviven en cuarentena con hijos y el 43.81% de quienes conviven con familia ampliada, sienten que la privacidad ha empeorado o es mucho menos que antes de la cuarentena.
Pero la falta de privacidad, no ha afectado el interés erótico de algunas personas, pues aunque un porcentaje importante disminuyó algunas de sus prácticas sexuales, las fantasías sexuales aumentaron en casi 34%, además de la práctica de las videollamadas sexuales y el sexting entre los hombres y las mujeres (37.7% y 39.3% respectivamente).
Cuando hablamos de salud sexual, necesitamos considerar el ejercicio de una vida sexual de manera respetuosa, libre de violencia y prejuicios, así como informada. Por ello, también es importante observar el impacto que ha tenido la pandemia en la violencia sexual, y que la disminución en la conducta sexual mexicana también es influida por estos comportamientos en pareja.
Estas son algunas las conductas más frecuentes de violencia sufrida reportadas como vividas:
- Mi pareja no toma en cuenta mis necesidades sexuales: 43%
- Mi pareja me rechaza cuando quiero tener relaciones sexuales con él/ella: 35%
- 6.30% de las mujeres reportan haber sentido miedo de ser atacada o abusada sexualmente.
- 4.70 % de las mujeres reportan que se han tomado represalias por haberse negado a propuestas de índole sexual.
Lo que se puede afirmar es que a mayor nivel de violencia ejercida en la pareja hay una mayor disminución de la conducta autoerótica. Y a mayor violencia sufrida en pareja, mayor es la disminución de la conducta sexual en pareja. Es decir, cuando la situación cambia en un sentido, la otra situación cambia en el sentido señalado, pero no se puede decir que una cause la otra.
Es interesante comprender que las y los participantes pertenecen en su gran mayoría a la clase media. A pesar de ello, casi 20% de los encuestados hablaron de un aumento en términos de violencia familiar, de pareja o en el espacio público. Es decir, somos una sociedad poco respetuosa”.
Eusebio Rubio Aurioles, Director general de AMSSAC
Es importante retomar el llamado de esta investigación para hacer intervenciones en los grandes sectores de población. Esta encuesta es un retrato dinámico de lo que ocurre en una buena parte de la población, nos dice mucho de la realidad actual”
Esther Corona, Vicepresidenta de la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS)
La investigación debe ser algo que cambie y mejore la vida de las personas. No puede haber salud sexual e integral sin investigación, pues ésta nos ayuda a intervenir.”
Paulina Millán, Directora de investigación de IMESEX
– Fuente: Resultados completos de la encuesta “Sexualidad y covid-19”
*Con edad promedio de 40 años y un rango de los 18 a los 80 años, el 66.23 % de las personas encuestadas se identificó como del género femenino, y 33.77% lo hicieron con el masculino.
*El grupo más grande de participantes fue el de solteras (39.17%), después los casados (33.50%) y luego quienes viven en unión libre (15.26%).
*El nivel educativo más frecuente en la encuesta fue el de licenciatura (50.73%), seguido de los que tienen grado de maestría (27.36%).
