Lograr un orgasmo puede dificultarse por diversas razones, y muchas veces nos cuesta ser conscientes de ellas.
1. Expectativas sobre cómo tu cuerpo «debería» reaccionar:
Esperar constantemente ese momento en el cual «te vas a excitar» o «la excitación va a aumentar» como si leyeras un recetario. Las expectativas joden. Y si las dejas lo joden todo.
2. Expectativas sobre cómo el acto sexual «debería ser»
Todo esto de que la erección masculina debe durar mucho, de que debes llegar primero al orgasmo, de que si no llegas no sirve o de que si te masturbas de alguna manera es menos «válido». Nada «debería ser de cierta manera» todo lo consensuado -y seguro- se vale.
3. Incapacidad para mantenerte relajadx
Necesitas aprender a estar relajadx y enfocadx en la experiencia constantemente. Esto conlleva 2 pasos: Primero aprender a relajarte de manera consciente y luego aprender a retomar la relajación sin frustrarte.
4. Pedir lo que deseas sin explicar cómo lo deseas
Sea por vergüenza, desconocimiento o falta de hábito hay que hacer la tarea completa. Súper común por ejemplo que te gusten las nalgadas y le pidas algunas a tu pareja. Todo bien. Pero a ti te gustan las nalgadas de un cierto tipo y forma (no cualquier nalgada sirve) suaves, lentas, sobre las rodillas, anunciadas o por sorpresa. Siempre hay que pedir completo.
5. No estás escuchando lo que te excita (y no lo sabes)
Muchísimas personas son super auditivas (y otras concentradas en lo visual a veces ni hablan). Pídele a tu pareja que te susurre muchísimas frases. Románticas, vulgares, elegantes, seductoras, que expresen deseo. Para que vayas calibrando si algunas te excitan más que otras.
